5 cualidades de una buena logopeda

Cuando conozco un paciente por primera vez y me cuenta su problema, necesito ponerme en su lugar para entender qué le pasa. Esta habilidad me ayuda a comprenderle mejor y por tanto, valorar sus necesidades a la hora de ponerle solución a su problema.

Siento un gran respeto hacia mis pacientes, hacia sus dificultades, situación personal por la que están pasando, etc…. pues son grandes personas que se encuentran en un momento complicado de su vida y luchan con todas sus fuerzas por salir de él. Es increíble la gran fuerza de voluntad que tienen muchos de ellos, tanto adultos como niños.

Tengo un gran respeto hacia mi profesión. Ya sea por falta de información o desconocimiento, hay personas que piensan que conseguir que un niño hable o lea que es muy fácil pero no es así.

Cuando sabemos realizar una tarea la ejecutamos de forma inconsciente, pero cuando nos enfrentamos a ella por primera vez o de manera diferente a como la aprendimos ¿os parece fácil?

A mi no. Por tanto, es importante respetar la profesión del logopeda pues conseguimos rehabilitar problemas difíciles de una manera aparentemente sencilla.

Me considero una persona honesta. Después de diagnosticar a una persona, hago una reunión en la que le explico cual es su problema y cómo pienso que puedo ayudarle a superarlo.

¿Puedo rehabilitar a todo el mundo?

Pues lamentablemente no, ya que hay veces que el cerebro está tan dañado que no se puede rehabilitar. En estos casos, os diré que no puedo ayudaros pero igual se pueden adoptar otras medidas para conseguir que tengáis una vida más agradable.

Me gusta ver el lado positivo de cada situación. Esta cualidad me ayuda mucho a la hora de decidir cual es el tratamiento a medida para cada uno de mis alumnos.

Durante las clases de Logopedia suelo fijarme en sus virtudes, habilidades en las que destacan y puntos fuertes, para apoyarme en ellos a la hora de fortalecer los débiles.

Cuando quiero algo, no paro hasta lograrlo. En mi trabajo como logopeda, planifico los tratamientos en base a objetivos. Esto me ayuda a luchar con mis pacientes hasta conseguirlos. También es una buena herramienta para tener un seguimiento continuo de la evolución de los mismos, tener siempre claro sus necesidades y revisar mi trabajo en caso necesario.